Make Mexico Beach great again!!
Hola a tod@s! Hi everyone!!
Estoy en Mexico Beach, dónde hace casi 3 meses, el 10 de octubre de 2018, el potente huracán Michael descargó toda su fuerza y arrasó con la ciudad (habían más de 2700 casas por aquí de las que han quedado en pie unas 500). Las imágenes hablan por sí solas.
Ése día lo recuerdo perféctamente, ya que acababa de empezar mi aventura, me encontraba en los cayos de Florida, camino de Key West, y recuerdo que pese a estar bastante lejos de «Michael» en su ascenso por el golfo de Mexico directo a la costa norte de Florida, esa noche sentí su poder, el viento doblaba la tienda de campaña que pensaba que iba a salir volando, y eso que estaba cobijado bajo una casa abandonada (presumiblemente después del huracán Irma de 2017).
Ya entonces escuché las devastadoras consecuencias de Michael en esta zona, y me prometí a mi mismo que pasaría por aquí en mi camino a California a colaborar un poco, ya que hay gente que lo perdió todo ese día.
Pués aquí llevo una semanita, desde el 30/12/2018, acampado junto a la carpa de ayuda que hay montada a principios del pueblo, cómo voluntario trabajando un poquito en favor de la comunidad, realizando sobretodo trabajos de limpieza, recoger escombros etc.
Pensando ya en reanudar mi viaje, puedo decir que es una de las mejores decisiones que he tomado en este viaje. He recibido mucha ayuda en todo este tiempo por gente que ni me conocía, así que personálmente me he sentido muy bien ayudando también a gente que no conozco. Y cómo éste maravilloso universo es así, cuándo vas con el corazón en la mano ofreciendo lo mejor de tí mismo, lo que recibes es ése mismo amor multiplicado por 100.
He pasado un fin de año genial, diferente. He conocido a la familia Bonté: Roy y Laura, con sus 3 hijos, Jochem, Lars y Merel, holandeses afincados en Salou (Tarragona) por unos 20 años, y que ahora dejaron todo, vinieron a EEUU, compraron una autocaravana, y al igual que yo (diferente vehículo pero mismo espíritu) van dirección oeste a la aventura, sin agenda, o como dicen aquí «going with the flow». (Puedes seguirlos en Explore-freedom.org)
Nos encontramos en Carrabelle FL, a unos 85km de aquí, y al ver mi banderita española se me acercaron y me contaron su historia. Comentamos un poco que íbamos en la misma dirección, y decidimos encontrarnos de nuevo aquí, ya que ellos también querían parar unos días a echar una mano. Y así fué, ése mismo día nos volvimos a ver en Mexico Beach (yo llegué unas cuantas horas después jeje) y acampado junto a su RV (así llaman aquí a las autocaravanas) hemos convivido toda la semana. Una gente increíble, que me han tratado como a uno más de la family.
Al principio nos costó un poco integrarnos por aquí, ya que hay mucho «oportunista» que busca aprovecharse incluso en estas circunstancias y desconfiaban un poco, pero al ver que realmente veníamos a ayudar, nos han tratado espectacular, nos han ofrecido de todo e incluso he conseguido algún trabajito remunerado a parte del voluntariado, que me ha venido genial ya que me estaba quedando seco.
Ahora viene la peor parte, que va a ser despedirme de esta gran familia para continuar el viaje, aunque estoy seguro que nos volveremos a cruzar en algún momento del camino 😉
Esto lo más reciente que tengo por contar, pero han pasado muchísimas cosas desde la última vez que actualicé el blog (mi talón de aquiles) así que si os parece bién, voy a retroceder en el tiempo hasta el día que salí de casa de Frank y Tania en Ocala.
Habiendo llegado casi a la costa oeste de Florida (cuando estuve en Sawmill campground estuve como a 20 millas de Tampa) puse rumbo de nuevo hacia la costa Este ya que quería visitar la ciudad de St Augustine, la cual presume de ser la primera ciudad (occidental, ya que había nativos ya asentados en Florida) de Norteamérica, fundada en 1565 por el explorador y almirante español Pedro Menéndez de Avilés, que aún conserva diferentes infraestructuras de la época, cómo el castillo de San Marcos, o el monumento a la constitución de 1812, la Pepa, el cual es el único que se conserva en el mundo ya que el monarca autoritario Fernando VII ordenó la destrucción de todos ellos en cada una de las ciudades del entonces imperio español, pero el gobernador de la ciudad se negó a hacerlo.
Regresé a la costa atlántica, acampé en «Mosses Creek» a unos 15-20km de San Agustín, y estuve un par de días visitando la ciudad y la zona, antes de poner rumbo definitivo al Oeste de los Estados Unidos.
Mi siguiente parada fué en Gainesville, una ciudad universitaria del norte de Florida, y también acampé en las afueras en uno de los «campsites» gratuitos mejor acondicionados en los que he estado, «Longleaf» a una horita en bici de la ciudad. Uno de los mejores y además en el que más tiempo he pasado, ya que la primera vez me quedé unos 3 días, llendo a la ciudad un par de veces y tal. Digo la primera vez, ya que cuando salí de allí para continuar mi viaje, hice noche en Alachua, un pueblo al noroeste de Gainesville, pero unos problemas burocráticos (estoy esperado un cheque que me tiene que llegar en Miami, pero nunca ha llegado) del que depende económicamente mi viaje, me hicieron dar la vuelta y volver a «Longleaf» a esperar por noticias de Miami, pensando que igual tenía que volver allí a resolverlo.
Esos días fueron los más fríos que he vivido en Florida, con noches de tener que levantarme cada 2 horas a alimentar la hoguera para intentar no congelarme dentro de mi tienda. Fué entonces cuando conocí a Terry Kleint, en Gainsville, el cual me invitó a pasar la noche en su casa (la noche más fría del año supuestamente). Él es profesor de arte en uno de los institutos de la ciudad, tuvimos unas conversaciones muy interesantes y nos dimos los teléfonos para seguir en contacto.
Volví de nuevo a «Longleaf» ya con una temperatura algo mejor, pero seguía sin tener noticias de Miami. Cuando la desesperación estaba a punto de apoderarse de mi, el destino me tenía reservado una grata sorpresa. Recibí una llamada de mi gran amigo Jim Beeson (ahora sí lo he escrito bien eh Jim? :p) con el que pasé unos fantásticos días en Orlando y en Disney World, para ver cómo me iba en mi aventura, y al contarle la situación me dice que el estaba preparando pasar unos días en las Smoky Mountains, en Tenessee, y que cómo justo me encontraba en su camino me invitó a recogerme e irme con él, con lo que pasé de la desesperación al júbilo, y obviamente acepté su invitación.
Contacté de nuevo a Terry por si me hacía el favor de guardarme la bicicleta, quien no tuvo ningún problema en ello, y Jim pasó a recogerme directamente en su casa.
Viajando de nuevo, pero esta vez en coche y rumbo norte, disfruté las 10h de camino como un niño cuando lo llevan de acampada jeje, además pude conducir un buen rato del camino para que Jim pudiera descansar y así quitarme el «mono» que tenía de coche.
Los 5 días en Tenessee fueron increíbles, idílicos. Era la víspera de navidad, así que todo estaba adornado para la ocasión y era alucinante. Nos quedamos en el hotel cerca de Dollywood, el parque temático de Dolly Partton, buena amiga de Jim, y dónde pasamos buena parte del viaje disfrutando de las atracciones y shows del parque….simplemente «amazing». También me llevó de visita por la ciudad de Gatlinburg, muy cerquita de allí, dónde parece que los años no han pasado, y parece cómo un pueblito de montaña del siglo pasado, una belleza.
Otra de las noches en las Smokys, fuimos a ver el show de magia de Terry Evanswood «The Wonders of Magic», otro gran amigo de Jim y gran artista, con el que después fuimos de cena (con todo su equipo) y además antes de irnos fuimos a su casa, mejor dicho, su caserón, una casa colonial de origen español la cual está convirtiendo en «museo temático» creando diferentes ambientes en cada habitación, cómo por ejemplo su baño dedicado a Willy Wonka, su dragón mascota bajo la escalera, su habitación «Titánic» etc… un lugar muy peculiar y una gente encantadora.
En definitiva, disfruté como un enano en estas «mini vacaciones» gracias a mi querido Jim, «many thanx my dear friend, hope to see you soon» y también aprendí mucho, ya que no paraba de preguntarle cosas a Jim hehe, sobre la historia y la cultura «southern» de la cual conocía muy poco.
De vuelta ya a la realidad, se nos hizo un poco largo el camino de vuelta, ya que a parte de estar cansados después de 5 dias «non-stop», nos cogió el atasco de hora punta en Atlanta que nos restrasó unas 3 horas, llovía a cántaros en muchas partes del camino… llegamos a Gainesville casi a media noche y me quedé de nuevo en casa de mi amigo Terry, quién me invitó a pasar las navidades, pero me parecía demasiado tiempo sin pedalear, así que acepté su hospitalidad por 2 días más, en los que me deleitó con su cordero al horno y su col rellena, sencillamentre exquisitos. Thanks Terry, it was absolutely great!
Suwannee River
La mañana de Nochebuena partí de nuevo con mi bicicleta. Puede sonar un poco triste pasar los días de Navidad sólo en la carretera, pero yo estaba encantado con los espectaculares días que pasé con estos 2 grandes amigos que he hecho en el camino, y realmente pasé mucho mejor navidad de la que me esperaba.
Con las pilas cargadas me puse a darle duro, con jornadas de 80 y 100km, pasando los días de navidad en diferentes campings, y pretendía plantarme en Nueva Orleans tan pronto como pudiera, dónde pensaba hacer otro parón hasta que pasara el invierno, y trabajar un poco que necisto ahorrar algo para poder continuar, ya qeu por cierto, sigo sin solucionar el tema del dichoso cheque….
Fué entonces cuando recordé mi promesa en los cayos de Florida, y al ver que estaba a punto de pasar por la zona afectada por «Michael», me puse en la agenda parar a ayudar por unos días. pasé por pueblitos como Perry, adentrándome de lleno en lo que llaman «el mango de sartén de Florida», por Crawfordville dónde un par de veces me pararon por la calle gente desconopcida a ofrecerme comida y ayuda, y por Sopchoppy, dónde me pilló la lluvia y cuando buscaba algún sitio dónde cobijarme y plantar el campamento, me paró un coche por la carretera a preguntartmer si tenía dónde ir, y al decirle que no me ofreció llevarme a su casa con su familia….estas cosas maravillosas que ya van siendo habituales en éste viaje, y las cuales recibo lleno de gratitud.
Son la familia Solburg, Susan y Walter que además tenían a su hijo y su nieto de visita en casa. Una familia de músicos, que viven en medio del bosque nacional de Apalachicola en una casa encantadora. Me invitaron a cenar pavo asado y me hospedaron en una habitación en la parte superior de su estudio de música que tienen en una casita a pocos metros de su casa. Thank you family, you are really nice people, thanks for taking care of me 😉
Cómo ya os dije, tenía muchas cosas que contaros jeje, siento que esté siendo tan largo esta entrada, pero es que estoy intentando resumir todo lo que puedo, y segúramente me estoy dejando cosas en el olvido.
Una vez que me despedí de los Solburg puse rumbo a Carrabelle, última parada antes de llegar a Mexico Beach, y fué allí por la mañana cuando me encontré con los Bonté…ya conoceis el resto de la historia jeje.
Espero no se os halla hecho muy pesado el post, a ver si para el próximo consigo hacerlo de un tramo de tiempo más corto :p
Muchas gracias por estar ahí, Feliz año nuevo a tod@s
IlOvEyOuAlL
elBolo